Los vipéridos (viperidae) son una familia de serpientes muy venenosas que comprende las víboras del viejo mundo y los crótalos (serpiente cascabel). Estos reptiles han sufrido una adaptación especial en su aparato inoculador convirtiéndolo en el más desarrollado de todas las serpientes, con colmillos curvos, largos y huecos que actúan como agujas hipodérmicas sujetos a un premaxilar móvil. Es tan eficaz que les permite inyectar el veneno sin morder.
Pueden replegarse o levantarse verticalmente cuando actúan frente a sus presas, segregando veneno que presentan las toxinas hemotoxinas o neurotoxinas según la especie de viperidea. Son peligrosas, pueden causar lesiones permanentes o la muerte, son de comportamiento agresivo cuando se sienten amenazadas.
Los vipéridos controlan el volumen de veneno que inocularán a las presas o depredadores e incluso pueden, como medida de advertencia, morder sin inocular veneno.
En cuanto a su reproducción la familia Viperidae – Vipéridos, la integran mayoritariamente serpientes ovovivíparos, con hábitos terrestres, no suelen ser arborícolas, aunque ciertos grupos pueden considerarse como excavadores.
Tipos de Viperidae
Algunos cambios taxonómicos realizados en los últimos años en donde se han incluido a todas las víboras se las clasifica dentro de la súper familia viperidae. Esta familia de serpiente consta de 329 especies y se subdivide aproximadamente en seis subfamilias con una gran variedad de géneros. Clara esta que estos sistemas de clasificación no son completamente concluyentes, debido a que cambian según el criterio del autor.
Unas de las subfamilias son:
Azemiopinae – Por el momento solo cuenta una especie la Azemiops.
Viperinae – Tiene alrededor de doce especies entre las que se encuentran Atheris Cope, Causus Wagler, Bitis Gray, Cerastes Laurenti, Daboia Gray, Echis Merrem, Eristicophis Alcock entre otras.
Crotalinae – Presenta una gran variedad entre las que tenemos: Agkistrodon Palisot de Beauvois, Atropoides Werman, Bothriechis Peters, Bothrocophias Gutberlet & Campbell, Bothrops Wagler, Calloselasma Cope, Cerrophidion Campbell & Lamar, Crotalus Linnaeus, Deinagkistrodon Gloyd y muchas más.
Características de los vipéridos
Estos ofidios tienen cabeza ancha y triangular, la cual está bien delimitada del resto del cuerpo. Son robustas y de cuerpo corto. Poseen dentadura de tipo solenoglifo, es decir, los colmillos inoculadores son huecos y con un canal interior cuyo surco es mucho más profundo que en otras familias. Son los únicos dientes en el maxilar y pueden erguirse cuando la serpiente abre la boca para atacar, y se pliegan de nuevo contra el techo de la boca cuando cierra la boca; esto permite que sean muy largos, alcanzando hasta los 5 cm en la víbora del Gabón (Bittis gabonica).
Las mandíbulas son muy dilatables y las pupilas en posición vertical, por lo cual, tienen la capacidad de ver en la noche como en el día. Poseen dos fosetas termorreceptoras, también conocidas como fosetas loreales, ubicadas entre el ojo y los orificios nasales, las cuales les permiten percibir temperaturas externas, ayudando a su defensa o precisando su ataque. Las escamas corporales, se conocen como aquilladas y dan una apariencia de textura áspera.
El tamaño de algunos crotalinos americanos alcanza gran tamaño, como Lachesis que llega a medir más de tres metros; pero en general no son serpientes especialmente largas aunque sí pueden ser muy corpulentas. Sin embargo se han tenido reportes de Bothrops asper con más de 3 m de longitud. Incluso se ha reportado que la diamantina del este Crotalus adamanteus puede alcanzar más de 4 m, convirtiéndose en una de las más grandes de América.
Hábitat de la viperidae
Esta familia habita en el continente americano y en la mayor parte de Europa, Asia y África. No se encuentra en Madagascar, pero si en las islas de los Océanos Indico y Pacífico, en el Japón, las Filipinas, las Célebes y Timor. En América se extiende desde el sur del Canadá hasta la Argentina y el Perú, pero en las Antillas sólo se encuentra desde la Martinica y Santa Lucía hacia el sur.
Nueve géneros de África, Europa y Asia pertenecen a la subfamilia viperinae, que se caracterizan por carecer de foseta entre el ojo y la nariz. En cambio, seis géneros de américa y Asia poseen esta foseta y constituyen la subfamilia crotalinae.
Veneno de las víboras
El veneno está formado por varias sustancias activas, en su mayor parte proteínas y fermentos. El término hemolítico para aquellos tipos de venenos cuyo blanco principal es el tejido hematopoyético es un término corto porque la sangre es sólo uno de tantos tejidos blanco que los venenos de las víboras atacan. De esta manera mejor sería llamarlo veneno destructor de tejidos, lo cual abarca un espectro más amplio de acción de esta mezcla proteínica.
Sin embargo, hay especies de serpientes que poseen una combinación más equilibrada de veneno destructor de tejidos y neurotóxico (propio de los Elapidae). El dolor constituye el mejor síntoma de confirmación de la presencia de veneno en la mordedura, no obstante no es un síntoma invariable, pues ha habido algunos casos donde éste no se ha presentado, como en la mordedura por Crotalus scutulatus o Crotalus durissus, cuyo veneno tiene una forma de acción diferente al de otras víboras de fosetas como Bothrops asper.